Mangos perdidos de Zihuatanejo

* Es sumamente triste ver lo que queda de la una vez hermosa huerta de mangos y otros árboles frutales que perteneció a mi suegro, don Fernando Bravo Sólis, donde durante la juventud de su hija, ahora mi esposa de 20 años, él y su familia pasaron muchos días alegres bajo la sombra de sus árboles trabajando, jugando y relajándose.

El “Parque de la Juventud” mutilado por funcionarios avaros

Diario de Zihuatanejo - 29 de Marzo, 2010

El gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, junto con el presidente municipal de este lugar, Alejandro Bravo Abarca y el diputado local por el XII Distrito, Juan Antonio Reyes Pascasio, llevaron a cabo el pasado viernes 26 de este mes, una serie de recorridos donde se inauguraron obras de gran relevancia para el municipio.

Entre esas obras, la que aquí nos ocupa, es la inauguración del remodelado “Parque de la Juventud”, antes llamado y conocido como “Parque Los Mangos”, llevada a cabo a eso de las catorce horas, dos de la tarde, donde nos merece necesario comentar que durante el corte del listón, los funcionarios antes mencionados le dieron la espalda al parque, estuvo al revés pues y a varios metros afuera de la puerta principal del parque.

Al entrar, el gobernador Zeferino, presidente municipal, diputado e invitados, sólo observaban en corto entre el poco espacio que queda. Nadie de ellos, hizo uso de la palabra, solamente el director de obras públicas municipal, quien informó de los costos y otros datos técnicos que implicó la remodelación, así como pormenores.

El mandatario estatal no quiso hacer recorrido entre las instalaciones de los nuevos juegos que equipan el parque, sólo se limitó a caminar del corte del listón al punto donde se informaba de los datos de la obra; tal vez no quiso hacer recorrido porque no valía la pena caminar una franja que es prácticamente una “cuchilla” que queda del extinto Parque “Los Mangos” y que es, hasta estos días, lo único que quedó de la venta indiscriminada que hicieron del parque anteriores autoridades, tanto lo fraccionaron que mutilaron sus extensas dos hectáreas de huerta de coco y mango que había dejado Fonatur como un pulmón natural, cuando se expropiaron los ejidos para dar comienzo al desarrollo turístico de Ixtapa y Zihuatanejo, por allá en el año de 1973.

De todo ese espacio, prácticamente nada queda. Todo se robaron y a cambio hay un gran edificio que se sabe o se dice, es propiedad de Zeferino Nieto Avendaño. Lo que no se conoce, es cómo es que Zeferino le hizo para hacerse de esa parte de terreno del parque, si eso era precisamente para reserva natural o espacio de recreación, propio de un parque proyectado que quedaría en medio de la ciudad.

Otra parte de los terrenos ganados al parque, es donde está la notaria pública número 3. Cabe señalar que ese parque lo dejó Fonatur, cuando se dio paso a la expropiación del ejido de Zihuatanejo, La Correa y El Rincón, con la idea que Zihuatanejo cuando alcanzara su desarrollo turístico planeado, contara con un parque lo suficientemente grande para la distracción de habitantes y turistas, un parque destinado para el pueblo.

Pero tenía que haber un funcionario avaro entre los buenos planes, porque el entonces director del Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo (Fibazi), Manuel Barros Nock, de acuerdo con el presidente municipal de esa época, recortó los planos del parque para reducirlo y poder lotificar para vender terrenos, cuando estos ya habían quedado afuera del plano, que es precisamente donde se encuentran las instalaciones de la CFE, la notaria pública número 3 y el edificio comercial de Zeferino Nieto Avendaño. Que explique éste último la procedencia de ese edificio y terreno. Por eso mismo cortaron el parque abriendo una calle que conecta a la avenida Morelos, con esa calle, quisieron “tapar el ojo al macho”.

Es por eso, que ahora el presidente municipal de Zihuatanejo, Alejandro Bravo Abarca, al ver que por pedazos se estaban acabando el parque Los Mangos, marcó un “hasta aquí” a tanta invasión, con el acto oficial de inauguración. Esperemos no se les ocurra a los bandidos de cuello blanco, robarse los tubos y sillas de juegos del parque para empezar a vender lo último que queda, que es nada comparado con todo lo que nos robaron, y que además, se llevaron la mejor parte de esos terrenos llenos de humedad y vegetación sombrosa.