A 6 meses de su muerte el campesino ecologista Felipe Arreaga es recordado y honrado en la sierra de Petatlán y sigue inspirando.
"Conmemora su octavo aniversario la OMESP, recordando a Felipe Arreaga"
El Sur de Acapulco - 15 de Marzo del 2010
Brenda Escobar - El Zapotillal
El octavo aniversario de la Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán, OMESP, que encabeza Celsa Valdovinos Ríos, fue celebrado por sus integrantes con una mezcla de alegría y tristeza por el luto, pues apenas hace seis meses, su principal asesor, Felipe Arreaga Sánchez, fue muerto en un accidente que todavía no termina de esclarecerse.
Este sábado 13, en la comunidad El Zapotillal, donde tiene su sede la OMESP, en el solar que fue bautizado como Mesopotamia, cobijadas por la sombra de enormes árboles y el constante y sutil murmullo del agua del arroyo al chocar contra las piedras, unas 200 personas, entre hombres, mujeres y niños procedentes de las comunidades donde la organización tiene influencia, se reunieron para festejar ocho años de lucha a favor de la conservación del medio ambiente, pero también de trabajo para mejorar sus condiciones de vida a través del fomento de la producción de alimentos para el autoconsumo.
En el 2005, cuando las mujeres ecologistas celebraron el tercer aniversario de la organización, lo hicieron con tristeza por el encarcelamiento que en ese entonces sufría Felipe Arreaga en la prisión de Zihuatanejo; acusado por uno de los caciques madereros de la sierra de Petatlán, Bernardino Bautista Valle, pero –así lo expresaron entonces–, en sus corazones había la esperanza de que los defensores del ecologista demostrarían su inocencia y pronto lo tendrían entre ellas para continuar con la labor de preservar el recurso natural más importante que tienen en esa parte de la sierra: el agua.
Cinco años después, en el octavo aniversario, aunque tenían motivos para celebrar con mucha alegría los logros alcanzados por la organización durante el 2009, la aflicción embargó a la mayoría de los asistentes al recordar a Felipe, el principal impulsor de la OMESP; a seis meses de su muerte en un accidente automovilístico que le quitó la vida, “el 2009 en lo personal me ha dejado como huérfana por la ausencia de Felipe, quien fue mi esposo y mi compañero en estos caminos de la sierra, que recorrimos juntos en busca de un sueño que poco a poco se va haciendo realidad”, dijo en su discurso Celsa Valdovinos.
“Como nuestra vida juntos nos enseñó a no creer en la maldad de los hombres, nunca hicimos caso de quién por teléfono nos llamaba pidiendo que nos cuidáramos porque había quienes querían quitarle la vida y anunciaban que lo harían haciéndolo parecer como un accidente; yo me resigno y me resignaré pensando que fue un accidente y seguiré el camino que él me enseñó porque esa será la manera de recordar su memoria”.
Luego, con la voz entrecortada por el llanto, Celsa advirtió, “si los enemigos de la paz y de la naturaleza quisieron con la muerte de Felipe acabar con su deseo de hacer un mundo mejor desde esta sierra, les vamos a demostrar que son más fuertes sus ideales, porque su ejemplo no lo vamos a dejar; trataremos de ser cada vez mejores en el trabajo de organización y de capacitación, para que las nuevas generaciones aprendan a valorar la vida, a respetar y a cuidar el medio ambiente”.
La mañana del 16 de septiembre de 2009, exactamente cuatro años después de que había salido de la cárcel, donde estuvo preso durante 10 meses y 11 días, Felipe Arreaga fue atropellado cuando iba a bordo de su cuatrimoto sobre la carretera federal Zihuatanejo-Acapulco, por un conductor de la Urvan número 45 de la ruta colonia Morelos; falleció pocas horas después cuando recibía atención médica en el hospital general de Zihuatanejo, mientras que el autor material de la agresión huyó con rumbo desconocido.
A seis meses de la muerte de quien también fuera fundador de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, el abogado de la Organización Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlalchinollan, Mario Patrón Sánchez, dio a conocer que aunque se ha seguido el proceso legal correspondiente revelando incluso que ya hay una orden de aprehensión contra el individuo que embistió la cuatrimoto de Felipe, la familia sigue en la espera de que tanto el dueño de la camioneta Urvan y los transportistas de Petatlán se acerquen a buscar una conciliación.
Patrón, quien fuera uno de los principales defensores de Arreaga Sánchez durante el tiempo que permaneció preso enfrentando el juicio del que salió absuelto, dijo que “el interés de que haya ese acercamiento es porque la familia quiere saber qué fue lo que pasó en términos del accidente, más allá de la verdad legal impuesta en el expediente; lo que la familia quiere es construir una verdad social, desean tener la certeza de que se trató de un accidente”.
“Y en ese sentido son dos las peticiones: reconciliación y reparación del daño, que es lo que se les está pidiendo; tuvimos un primer acercamiento de la aseguradora que nos buscó, se agradece el acercamiento de la aseguradora, pero a lo que a la familia le interesa es platicar directamente con los transportistas y con el dueño de la camioneta, no hay ningún afán vengativo, ni antagónico, la familia de Felipe Arriaga entiende perfectamente lo que es sufrir la pérdida de una persona y lo que también es sufrir la pérdida parcial por medio del encarcelamiento, y de ninguna manera se tiene ese deseo a la familia del chofer ni del dueño de la camioneta, lo que se intenta es conocer la verdad social”.
A pregunta expresa, Mario Patrón sostuvo que “todo indica que fue un accidente, lo que la familia quiere es que quienes participaron en el accidente den la cara y digan expresamente que vienen en un afán solidario, conciliador, que lo que pasó fue un accidente; lo que se puede prestar a suspicacia, lo que no genera reconciliación y solidaridad es que den la espalda y no den la cara a la familia; a seis meses de la muerte de Felipe, es lo único que ha pasado”.
“Por eso es que hacemos un llamado solidario, respetuoso a que siempre se puede generar acercamiento, porque el interés es que se dé la reparación del daño con criterios de dignidad básicamente y la reconciliación, no generar rivalidades ni mucho menos”.
En la celebración, a petición de la familia Arreaga Valdovinos, el sacerdote Gustavo García Sánchez, párroco de San Jeronimito, ofició una misa a la memoria de Felipe Arreaga.
En su sermón, destacó que desde el punto de vista religioso, la labor por la defensa del medio ambiente que hizo el ecologista y que llevan a cabo las mujeres de la organización, “es un trabajo sagrado porque trabajan por conservar el jardín de Dios; por nuestros hermanos mayores que son los árboles, porque Dios primero hizo hermoso el jardín en la tierra y después al hombre”.
El clérigo hizo un llamado a todos los habitantes de esa parte de la sierra para mantenerse unidos en torno al trabajo de conservación del medio ambiente y llamó a no permitir que personas ajenas a esa región los dividan, pues dijo, los movimientos sociales genuinos son aquellos en los que sólo participa el pueblo, no los partidos políticos u otras organizaciones distintas.
A la celebración del aniversario de la OMESP asistieron representantes de la Comisión Nacional Forestal, del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlalchinollan, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, del Instituto Maya AC, de Brigadas Internacionales de Paz y el diputado federal Armando Ríos Piter, quien llegó cuando ya había concluido el programa.
foto cortesía de Despertar de la Costa
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