La mancha urbana de Zihuatanejo |
por Eduardo Morán C.
17 Marzo 2015 - Ante la demanda de los padres de los normalistas asesinados en Iguala apoyados por la candorosa "CETEG", en el sentido de suspender las elecciones del próximo 7 de junio, vale la pena preguntarnos: ¿Qué trascendencia tendría para los azuetenses abstenerse de legitimar al próximo saqueador de los recursos municipales?
Como todos los precandidatos se sentirán ofendidos por mi cuestionamiento, en esta ocasión no voy a pedirles una disculpa si no una explicación, pues al igual que a muchos ciudadanos, me gustaría saber las causas por la cuales en este municipio se han invertido en promedio $927,748.56 en cada uno de los pasados 3,650 días, y su infraestructura, servicios, medio ambiente y capacidad económica de sus visitantes muestran un deterioro impresionante. Si algunos de los preclaros precandidatos me lo pueden explicar, será un verdadero placer ofrecerle una disculpa pública por mi exabrupto.
Es difícil de entender que en este país se haya gestado una revolución de tal violencia, que hace parecer la actual como una fiesta infantil, con el fin de poder elegir democráticamente a nuestros gobernantes y representantes. Algo que nos tomó 80 años lograr y que sólo este año nos costará 18 mil millones de pesos ejercer, todo para que a final de cuentas, nuestros gobiernos municipales continúen con las mismas pautas de don Porfirio y sus "científicos".
Es decir, a pesar del monumental costo en vidas, tiempo y recursos empleados en lograr el "sufragio efectivo", hoy resulta intrascendente para los azuetenses ejercer su inalienable derecho de elegir a sus gobernantes, pues como hemos visto en los pasados 15 años de alternancia, eso no cambia en nada la forma y fondo en que nos gobernamos. Así que entonces ¿Pa’qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? O es que alguien piensa que con solo celebrar el próximo proceso electoral de manera por demás alabastrina, nos dará el gobierno "honesto, transparente y eficiente" que hace una década prometió Campos Aburto y de cual algunos de sus colaboradores 10 años después, dan fe de la fortuna que adquirieron en los 3 que duró su gestión.
Si ya hemos comprobado que los procesos electorales por limpios, transparentes y democráticos que sean, no influyen en la manera que nos gobiernan nuestros "elegidos", poco debería importarnos el devenir del próximo proceso electoral, pues ningún beneficio obtendremos si se realiza y ningún perjuicio adicional si se suspende. Si celebrar elecciones "democráticas" no disminuye la corrupción e ineficacia de nuestras administraciones municipales, causa principal y diría única que subyace en los numerosos y diversos problemas que tenemos ¿En qué nos afecta que elijamos o no a quien nos consta que solo resolverá a perpetuidad sus problemas económicos, los de sus familiares, amigos y socios?
Así que entonces, por lo menos a mí, me viene bastante guango si hay o no elecciones en Guerrero, pues si se celebran, los que resulten electos nada van a cambiar, y si no se celebran, los que están nada van a cambiar. Junto con pegado nos resulta este asunto pues.
Es todo...
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