Por abandono, por neglecto, por hacer caso omiso, por corrupción, por racismo y por ineptitud de nuestros gobernantes la mayor parte del estado de Guerrero padece de pobreza extrema. El campo y los pueblos indígenas se encuentran completamente abandonados por parte de los gobiernos municipales, estatales y federales desde hace décadas, lo cual fomenta la migración de miles de personas desde sus hogares cada año en busca de una oportunidad para poder cuidar a sus familias. Yo creo que parte de la razón por qué estos pueblos se encuentran en este situación es debido a la avaricia de caciques, políticos e influyentes quienes buscan lucrar de los recursos naturales encontrados en las tierras de nuestras comunidades rurales, y los dejan marginadas e indefensas a propósito. Y desde luego el modelo económico del capitalismo se basa en la explotación de la mano de obra barata. Es una situación que nos debería avergonzar y motivar para corregir esta injusticia que sufren nuestros hermanos guerrerenses.
Así es Guerrero - Parte 1
Despertar de la Costa - 28 de Enero, 2011
Edvin López
Guerrero cuenta con 3,079,649 habitantes, de los cuales 17.2 % son indígenas (529,780 personas). La población indígena en Guerrero se encuentra esencialmente en la zona de la Montaña y en menor medida en la Costa Chica, siendo estas las zonas más marginadas del estado.
La población indígena se reparte en 4 grupos:
212,000 nahuatls (nahuas), o sea el 40% de la población indígena
148,000 mixtecos (na savi), o sea el 28%
116,000 tlapanecos (me´phaa), o sea el 22%
47,500 amuzgos (suljaa´), o sea el 9%
De acuerdo con los indicadores socioeconómicos del 2000 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), Chiapas, Oaxaca y Guerrero conforman el triángulo de la pobreza extrema del país.
La Montaña de Guerrero forma parte de las 36 zonas prioritarias del país, que tienen como denominador común la pobreza, la migración, la violencia y la militarización. De los 17 municipios de la Montaña, 11 son considerados como de muy alta marginación (CONAPO 2004). Metlatónoc es el municipio más pobre del país, seguido por Coicoyán de las Flores (Oaxaca), municipio colindante. Fuente: CONAPO 2004.
Más de 53,000 trabajadores no tienen ningún ingreso. La población indígena es la más afectada, un 46 % de los indígenas de más de 15 años no tienen ingresos.
Cerca de 28,000 trabajadores (el 24 % de la población indígena de más de 15 años en Guerrero) percibe menos de un salario mínimo mensual.
Se observan grandes disparidades: en Acapulco, un 5 % de la población indígena de más de 15 años no recibe ingresos; mientras en Acatepec o en Atlixtac – región de la Montaña, cerca de 80% de la misma franja de población no recibe ingresos.
Guerrero ocupa el segundo lugar nacional a nivel de marginación por sus viviendas.
Entre el 80 y 100% de las viviendas en los municipios indígenas de Guerrero no cumplen con las condiciones mínimas de una vivienda digna. El 40% de las viviendas tienen piso de tierra.
El 29% de las viviendas (por un 72% en la Montaña) no tienen agua entubada, y más de 500 comunidades (un 56%) carecen del suministro de agua entubada en un entorno donde las fuentes de agua son pocas y alejadas.
El 47% de las viviendas no tienen drenaje (por un 97% en la Montaña de Guerrero)
El 22% de la población es analfabeta; respeto a la población indígena, la mitad es analfabeta.
En los municipios indígenas más marginados este porcentaje se eleva: 88% en San Marcos, 71% en Metlatónoc, 67% en Ahuacuotzingo, 65% en Xochistlahuaca.
Guerrero es el segundo estado con mayor índice de analfabetismo en las mujeres (más del 23%, comparado con un 9,5% a nivel nacional; Chiapas ocupa el primer lugar con un 25,5%, y Oaxaca el tercero con un 22%).45,4% de la población indígena (1 de cada dos personas) de más de 15 años no pasó por la escuela (mujeres en mayoría).
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Así es Guerrero - Parte 2
Despertar de la Costa - 1 de Febrero, 2011
Edvin López
En Guerrero, para muchas personas, sobre todo indígenas, y aún más, mujeres, el derecho a la educación no se cumple por varios motivos. La situación de pobreza obliga a los niños a trabajar para mejorar la economía familiar. Además muchas comunidades aisladas no cuentan con las infraestructuras adecuadas para dispensar la educación (falta de aulas, mobiliario, libros, servicios básicos, falta de maestros, clases sobrellenas).
Salud
El 96% de la población indígena en Guerrero no tiene acceso a servicios de salud por falta de hospitales con personal calificado y con equipamientos básicos: La Montaña cuenta con un hospital general en Tlapa para atender a 300,500 personas repartidas en 17 municipios (con sólo 3 ginecólogos, dos anestesistas y un pediatra contratados para cubrir un solo turno); 6 hospitales básicos comunitarios (sin especialistas ni equipamientos básicos); y unas 166 unidades de salud, de las cuales más de la mitad no cuentan ni siquiera con la presencia de un médico general (funcionan sólo con enfermeras y otro tipo de personal menos calificado).
En Guerrero se encuentran 22 municipios con elevados porcentajes de desnutrición en la población.
La mortalidad infantil es particularmente elevada en algunos municipios: En Chilapa (Guerrero, zona centro, colindando con la Montaña) mueren 89 niños por cada 1,000 nacidos vivos, mientras el promedio es de 28 en México y de 6 en los países industrializados. Muchos niños mueren de enfermedades fáciles de curar en países del primer mundo.
La mortalidad materna es de las más elevadas en el mundo: En Guerrero, 281 mujeres indígenas mueren por cada 100,000 recién nacidos, mientras el promedio es de 151 en las mujeres indígenas en México y de 51 en las mujeres mexicanas.
Falta de atención a las mujeres en su edad fértil: En México, 1 ginecólogo tiene que atender a 2,414 mujeres en edad fértil.
En Guerrero, 1 ginecólogo tiene que atender a 4,132 mujeres en edad fértil.
En la Montaña de Guerrero, 1 ginecólogo tiene que atender a 17,654 mujeres en edad fértil (hay 5 ginecólogos por 88,277 mujeres).
Tierra
El concepto de tierra es distinto según los pueblos indígenas y la población mestiza. Los pueblos indígenas siguen considerando la tierra como algo integral (la “madre-tierra”), sagrado y colectivo, que no se puede vender. Han predominado en México los regímenes de propiedad ejidal y comunal de la tierra:
Ejidos: cada ejidatario recibe una parcela de tierra, y toda decisión que tiene que ver con las tierras de este núcleo la tiene que tomar la asamblea de ejidatarios en su totalidad.
Tierras comunales: la tierra pertenece a la totalidad de los miembros de una comunidad, y en consecuencia los beneficios de la misma se distribuyen entre todos.
En Guerrero, el 75% de la superficie total de las tierras laborables están bajo esos regímenes:
956,895.94 hectáreas son tierras ejidales
239,848.10 hectáreas son tierras comunales
La visión indígena de la tierra va chocando con otra visión mercantilista: La tierra ha sido reducida por el sistema económico actual a su sola dimensión material y ha sido fragmentada en distintos momentos bajo el amparo de la ley. Surgió el concepto de propiedad privada, y de ahí muchos problemas agrarios.
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Así es Guerrero - Parte 3
Despertar de la Costa - 2 de Febrero, 2011
Edvin López
El estado de Guerrero cuenta con algunos de los ríos más importantes del país, como el Río Balsas, el Río Costa Chica, el Río Costa Grande. Tienen un gran número de presas de riego e hidroeléctricas.
En el estado de Guerrero existen seis centrales generadoras de energía eléctrica (cuatro hidroeléctricas: La Venta, La Villita, Infiernillo y El Caracol; una de turbogas: Las Cruces; y una termoeléctrica: Petacalco). Para el año 2000 aportaban el 9.2% de la producción eléctrica total del país mientras el porcentaje de electrificación era del 47.9% . Guerrero junto con los estados de Oaxaca y Chiapas son las entidades del país en la que los habitantes cuentan con menos energía eléctrica en sus domicilios.
En 1976 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) inició los estudios técnicos en La Parota, cerca de Acapulco, para la construcción de una presa hidroeléctrica. En 2004, la CFE contaba con el estudio de factibilidad técnico económica y de pre construcción.
Dicha presa hidroeléctrica en los terrenos ejidales de la Parota, sobre el río Papagayo, representaría:
La inundación de 13 poblados
- La reubicación de más de 20 mil habitantes obligados a abandonar sus hogares (de los cuales el 76% se dedica a la actividad agrícola)
- La inundación de 14 mil 213 hectáreas, o sea un grave deterioro ambiental
- La desaparición de los mantos freáticos que abastecen de agua al Puerto de Acapulco
- Un embalse de 13,728 mil hectáreas de superficie
- Una cortina que represaría el río de 162 metros de altura
- 5 años de obras
- 8 mil millones de pesos
Según el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), el objetivo de la presa es proporcionar energía a las maquilladoras, los grandes centros turísticos, a las ciudades y la industria de extracción, entre otras, pero no para el desarrollo y las necesidades de los pueblos. Pretende también abastecer la energía eléctrica del sur de los Estados Unidos y unirse a la red eléctrica nacional y centroamericana.
La construcción de la presa ha dividido a las comunidades locales: unas están dispuestas a aceptar la indemnización por la destrucción de sus tierras, y otras se oponen enérgicamente. En enero del 2003, el CECOP (Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a La Parota) comenzó sus actividades contra la construcción de la presa. La CFE llevó a cabo algunas consultas con representantes de las comunidades locales sobre la construcción de la presa, pero el CECOP afirma que el proceso de consulta excluyó deliberadamente a quienes se oponían a la presa e indujo a error a otros, por lo que el resultado fue un proceso injusto y no transparente. Marco Antonio Suástegui Muñoz, líder del CECOP, ha recibido amenazas de muerte anónimas por su lucha en contra de la construcción de la presa. Amnistía Internacional hizo pública una acción urgente respeto a su situación el 17 de diciembre de 2004.
Según el diputado Adrián Chávez Ruiz, coordinador del área de Desarrollo Rural del grupo parlamentario del PRD en el Congreso de la Unión, los estudios de la CFE no han sido llevados hasta el fondo respeto a las consecuencias del proyecto en términos de impactos ambientales así como de las ganancias previstas. Recuerda además que la construcción de La Parota ha sido "duramente cuestionada por diversos grupos y organizaciones sociales, ambientalistas y de derechos humanos". Y que ante ello ha existido por parte de la CFE "una actitud de persecución contra la gente, incluso con fabricación de delitos que han llevado a prisión a personas que se han opuesto a la presa". Por ello, advierte Chávez Ruiz, "existe la posibilidad y riesgos reales de que la paz social en el área sea quebrantada".
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