viernes, enero 28, 2011

La sufrida industria de la caficultura en Guerrero

Los productores de café en el estado de Guerrero están sufriendo por los efectos del clima combinados con la falta de apoyo del gobierno y la corrupción. Esto es sólo una de las síntomas del abandono total en que se encuentra el campo guerrerense por parte de las autoridades quienes reciben presupuestos millionarios y desaparecen la mayoría del dinero sin apoyar debidamente a sus destinarios principales.

¡¡¡EL café no sólo se lee también se bebe y se escucha… Hay les va un poco del café leído!!!

Despertar de la Costa - 27 de Enero, 2011

Cuauhtémoc Rea Salgado - Atoyac de Álvarez

Aunque el precio del café esté a un buen costo, el precio del café pilado (oro) 46 pesos, el peregrino 43 (despulpado y lavado), y capulín (café bola seca), los cafetaleros de las distintas comunidades de este municipio se encuentran preocupados por el mal tiempo que están padeciendo, pues con las lluvias el café se cayó y aunado a esto la helada esta acabando con el aromático aunado a esto la poca cosecha que hay no les sirven de nada.

Los habitantes de las comunidades ya no saben qué hacer, las plagas, la falta de peones, apoyos para ese trabajo y ahora el mal tiempo, están acabando, con las esperanzas de los cafeticultores pues hay perdidas de los cafetales por el mal tiempo.

Para don Nicolás Martínez de la Cruz habitante de Tres pasos desde que nació a sus 56 años se dice e decepcionado del campo y aunque es su tierra que lo vio nacer esta quedando olvidada "De las huertas de café, sembradas sólo se cultiva el 20 por ciento, el resto se encuentra entre el monte padeciendo de las plagas que provoca no cortar el grano".

Explica tristemente que los mejores tiempos del llamado oro verde ya quedaron atrás, sin embargo urge seguir manteniendo las plantas en pie, por el bien de todos. "El café en Atoyac, a diferencia de otras latitudes, se produce bajo sombra. Cuidar el café es cuidar los riachuelos que todavía nacen en las laderas de esta parte de la Sierra Madre del Sur".

Agrego que hay quienes dicen "olvidémonos del café y busquemos otras alternativas", pero destruir los plantíos de cafetos significa acabar con un pulmón importante del estado de Guerrero, con el hábitat de muchas especies como el jaguar, que se encuentra en peligro de extinción, la mayoría de estos felinos que todavía existen en Guerrero, se encuentran precisamente en la zona del café.

"La tierra se ve triste y la vegetación es raquítica si vas del Bajo a la Sierra, hasta el Rincón de las Parotas, los cerros se ven pelones. Si seguimos la carretera rumbo al Paraíso, después de San Andrés de la Cruz se ve la exhuberancia de la vegetación porque ahí comienza la Selva Cafetalera, y si seguimos la ruta rumbo al Filo Mayor nos encontraremos que después del Edén, de nuevo los cerros lucen pelones por la tala inmoderada y los incendios forestales. Ahí termina la zona cafetalera".

Poco a poco Nicolás Martínez de la Cruz se va caminando rumbo al campo en él se ve como su silueta se pierde atraves del tiempo en el silencio de la tarde y su andar lento se desaparecen como sus ilusiones pronto llegara a su casa, donde lo espera su familia para la cena, "qué puedo ofrecer ya a mi familia, no hay esperanzas de que el café nos solucione un problema, cuando está a buen precio no hay cosecha y cuando hay mucho no lo cortamos por que no sale ni para comer."

Y aunque las familias de las mas de 50 comunidades dedicadas a la cafeticultora al igual que Nicolás Martínez desde que se levantan de la cama a las 5 de la mañana, almuerzan y salen a cortar el café, muchos de ellos obligados por la falta de peones, y por la crisis en que se encuentran y porque no hay de otra pues es su trabajo, cortan el café, lo miden en la lata, lo encostalan y se los llevan a su casa.

Para posteriormente despulparlo en cereza (café maduro), o lo ponen a secar y los que tienen dinero lo mandan a pilar ya estando seco pues les pagan mas por su producto, otros lo pilan, tuesten y muelen y lo venden a 100 pesos el kilogramo, pero la mayoría de los productores los vende a los acaparadores de esta cabecera municipal quienes lo exportan a otros países y aunque el café de Atoyac ha obtenido primer lugar nacional apenas el año pasado, este no ha sido valorado aún por su gente quienes siguen tomando café de otros países que lo manda en "Nescafe".

"Yo recuerdo que anteriormente el precio del café estaba bien cuando estaba en su apogeo y nosotros los cafeticultores nos iba bien. Con la venta del aromático comprábamos casas para vivir y había empleos para nuestra gente y podíamos emplear a las personas de la montaña para que vinieran a cortar con toda su familia", dijo María Alvarado Hurtado de la comunidad de El Paraíso.

Quien con un suspiro recordó que anteriormente las comunidades estaban alegres, tantas personas trabajando en la comunidad, no había envidias y menos existía la violencia y hasta los maridos o las esposas se les olvidaba pelear. "llegábamos cansados del trabajo y nos acostábamos a dormir temprano y nos levantábamos a trabajar desde que amanecía hasta que anochecía, la rutina diaria era esa".

Pero hoy dijo tristemente "la historia es otra ya hay pocas huertas de café ya que la mayoría fueron cortadas para sembrar plátanos, aguacates, o cualquier otra fruta que reditué ganancias ya que el café no tiene precio y hoy pocas son las familias que siguen la misma rutina, pero ahora no hay peones que corten el café y lo hacen las familias enteras aunque no hay mucho y la mayoría del café se cae porque no alcanzan a cortarlo y sólo cortan en la parte donde hay mas".

La historia

Haciendo historia en 1978, un grupo de cafetaleros independientes que se llamó Benito Juárez, integrado por don Gonzalo Jaimes, Alejandro González, Gabino Sandoval, Juan Cortés y 18 productores de San Francisco del Tibor y Nueva Delhi, por su cuenta lograron exportar por primera vez un lote de café a Alemania, por esto, los osados productores recibieron un reconocimiento, porque fueron pioneros y abrieron camino a las nuevas generaciones que colocaron el aromático grano en otros países europeos.

El café vivió su bonanza entre los años de 1978 a 1982, cuando se llegaron a producir 352 mil quintales, en todo el estado, el 60 por ciento en Atoyac. En ese tiempo estaba a 800 pesos el quintal, promedio, que en la actualidad equivaldría a seis mil pesos. En 1987 comenzó a caer el precio internacional y la crisis llegó a su clímax el 4 de julio de 1989, cuando se rompió el Convenio de la Organización Internacional del Café que tenía su sede en Londres. Fue ahí cuando empezó la debacle, desde entonces muchos comenzaron abandonar la actividad y buscar otras opciones para vivir.

Durante mucho tiempo, se mantuvo la producción entre los 280 mil a los 300 mil quintales, luego se fue más abajo y en 1995, después de que se creó el Consejo Estatal del Café, el 12 de abril de 1994, tuvo un ligero repunte, llegando a producirse 230 mil quintales. Ahora se cultiva un 20 por ciento de la superficie y la producción anda en los 70 mil quintales en todo el estado.

Durante los mejores tiempos del café había 50 mil 600 hectáreas en producción en todo el estado, de las cuales 34 mil estaban en la Sierra de Atoyac, en ese tiempo estaba el Instituto Mexicano del Café en su apogeo, había subsidio y apoyo para los productores. Ahora cuando mucho llegan a 34 mil 600 hectáreas la producción en todo el estado, disminuyó el número de superficie cultivadas y aumentó el número de productores.

Durante el Boom cafetalero había 10 mil 300 productores y ahora cuando la producción y superficie cultivada ha disminuido, curiosamente ha aumentado el número de productores en el Censo Cafetalero a 22 mil 300 campesinos que se dedican a la siembra del café. Este aumento de productores podría explicarse en parte por los subsidios que el gobierno ha otorgado al sector y para allegarse más apoyos, los cafetaleros dividen sus parcelas entre las esposas e hijos. Aún muchos campesinos no entienden que es mejor cultivar tres hectáreas bien beneficiadas, que tener 20 abandonadas.

Un fenómeno actual es el aumento de los torrefactores y de marcas de café molido, muchos productores ya no venden en grano su café, lo tuestan y muelen para darle mayor valor agregado. Actualmente en el estado de Guerrero, existen más de 30 marcas de café, aunque esto para Gregorio Juárez Zamora ex Coordinador del Consejo Estatal del Café (CECAFE), no sea tan efectivo, porque hay mucha competencia entre los cafetaleros, lo mejor sería una sola marca que incluyera a todos los productores del estado, bien cuidada y bien promovida. A esa opinión se suma el líder de la Coalición de Ejidos, Zohelio Jaimes Chávez, quien dice que urge crear una sola marca para vigilar la calidad.

Los organismos públicos del café

En la historia del café de Guerrero está la creación y, luego, la desaparición del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) en 1993. Con esta institución también desaparecieron los subsidios y la regulación de precios. El monopolio nacional e internacional se benefició con ello, porque comenzaron a importar café de baja calidad de otros países con lo que le dieron en la torre al precio y a la producción nacional.

En 1994, el 12 de abril, se creó el Consejo Estatal del Café (CECAFE), cuyo primer proyecto estuvo a cargo del Ingeniero Gregorio Juárez Zamora. El gobernador Rubén Figueroa Alcocer vino a instalarlo en esta ciudad de Atoyac, en un evento que se realizó en el campamento de la Sagarpa. Todo estuvo bien hasta que en abril de 1999, cuando Gregorio Juárez dejó el cargo, los productores en su mayoría priístas tomaron las instalaciones de este organismo descentralizado, para no permitir la imposición de un coordinador que no convenía a sus intereses.

Las organizaciones

Los cafetaleros han hecho esfuerzos por construir una organización fuerte que defienda sus intereses, pero las profundas y ancestrales diferencias políticas han dado al traste, con cualquier intento de mejorar la vida de los cafetaleros.

Haremos memoria de las organizaciones más recientes. El 6 de diciembre de 1978, se constituyó la Unión de Ejidos Alfredo V. Bonfil, en la casa de don Gabino Blanco; entre otras personas estaba don Pedro Magaña Ruiz a la cabeza. Luego el 9 de noviembre de 1987, surgió la Coalición de Ejidos de la Costa Grande, después de un movimiento que los campesinos iniciaron para exigir que les pagaran un excedente que se logró ese año por la exportación de café. El líder emblemático de esta organización ha sido Zohelio Jaimes Chávez. Cuya agrupación tiene en su interior un grupo de cafetaleros que se llaman los Orgánicos de Pacífico que han llegado a exportar café a países europeos, con éxito, a pesar de las dificultades que esto provoca.

La cooperativa la Pintada, que cuenta con instalaciones de maquinaria moderna en esa comunidad y que exporta también a Estados Unidos. Esta agrupación fue fundada por el líder político y editor, Arturo Martínez Nateras, originando un desarrollo de la comunidad que muchas poblaciones de la sierra no tienen.

La cooperativa La Pintada por varios años fue sede del Festival de la Selva Cafetalera, que convocó artistas de la talla de Sonia Amelio y de la Filarmónica de Acapulco. Además de la presencia de escritores, pintores y poetas que acudían año con año a festejar la cosecha del café y a conocer las costumbres y hospitalidad de ese pueblo enclavado en la sierra de Atoyac.

Los cafetaleros han dado muchas luchas. Se organizaron para participar en plan de retención para provocar que los monopolios sacaran sus reservas y motivar un aumento de precio internacional. Han organizado tres Congresos Cafetaleros Estatales. El segundo fue del 9 al 10 de noviembre del 2000, en la comunidad de El Paraíso.

Luego la gran movilización, que realizaron el día 22 de enero del 2001, que provocó el bloqueo por varias horas a la altura de La Y Griega, en la carretera Acapulco-Zihuatanejo en exigencia de subsidios para el sector, esa vez lograron un apoyo del gobierno estatal y federal para reactivar la economía de los cafetaleros. Algo de llamar la atención fue que en esta manifestación participaron campesinos de todos los colores políticos.

En estos tiempos sólo la marca Mi primer café del grupo los Orgánicos del Pacífico, está exportando cerca de mil 200 quintales a Alemania. Eso porque el año pasado se produjeron alrededor de 75 mil quintales en todo el estado. Este año bajaría hasta un 40 por ciento la producción y el quintal anda ahorita en un promedio de mil pesos.

Entre otros datos mencionaré que el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo estuvo con los cafetaleros el 20 de mayo del 2006, cuando inauguró la planta de procesamiento de café en la Pintada y pasó a supervisar los trabajos del Beneficio Seco de los Productores Orgánicos del Pacífico.

En cuanto al acopio de café, Marcos Galeana Luna de la empresa CAFECO, sigue siendo quien compra más café en todo el estado, principalmente en Atoyac y a veces compra en Oaxaca, le entrega la producción a la Nestlé y exporta a los Estados Unidos. Marcos es uno de los fuertes empresarios que siguen apostándole con ganas a la cafeticultura.

Los enemigos de la cafeticultura

Los cafetaleros siguen luchando para que sea reformada la ley de Torrefacción, porque permite que los torrefactores mezclen hasta un 30 por ciento de sucedáneos con el café. Aprovechándose de esto algunos, más tramposos, le ponen hasta un 50 por ciento de cáscara del mismo café, tortilla seca o garbanzo, lo que denigra la actividad de muchos productores honestos que promueven la venta de 100 por ciento café.

Entre los enemigos del café, siguen estando las políticas inadecuadas, el abandono de las parcelas por los bajos rendimientos, las huertas están viejas y no rinden, urge la renovación de todos los cafetales con una inversión en la que participe el gobierno federal, estatal y los productores.

Afecta a los productores, que el presupuesto aprobado para el sector se devuelva a la Secretaría de Hacienda bajo el argumento de que no hay proyectos; así como también que unos cuantos líderes de organizaciones nacionales se repartan el presupuesto y este no llegue a los campesinos.

En la sierra de Atoyac, las plantaciones siguen siendo, en un 90 por ciento, de la variedad criolla, arábiga que llegó aquí cuando don Gabino G. Pino fue por las primeras plantas al Soconusco Chiapas en 1891. En mínima cantidad hay catuaí, catimor, Costa Rica 95 y Oro Azteca. Tan critica está la situación, que antes el Paraíso era la comunidad que más café producía en todo el estado, pero al parecer ahora ha sido rebasada por Iliatenco en la Montaña.

Lo cierto es que urge crear conciencia para que todos salvemos el café de Guerrero y de Atoyac, que se produce bajo sombra, apoyando a los cafetaleros en la lucha por su bono ecológico, consumiendo café de Atoyac, porque al tomar una taza de este aromático producto estamos salvando el más importante pulmón que tiene el estado y que es hábitat de muchas especies que están en peligro de extinción.

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